¡Bienvenidos a la era del gris! Después de 20 años donde o se era blanco o se era negro (tricolor o rojo, para más identificación ideológica), nuestro Presidente Electo, el señor Funes, nos regaló el domingo lo que puede haber sido:
a) Un excelente trabajo del tipo que redacta los discursos. Merece un aumento.
b) Una demostración de como el Frente ha dejado atrás a los dinosaurios, y se quiere subir en el único avión que está despegando para la izquierda, y que es el del socialismo liberal y moderado.
c) Una curita para los dolidos
d) Esperanzas de que la polarización de nuestro pueblo haya sido conquistada con democracia
e) Un show, con una actuación digna de Oscar mientras le guiñaba el ojo a Castro y a Chávez
f) Todas las anteriores
Cada quien juzgue de acuerdo a sus creencias. Yo, por mi parte, a veces prefiero creer en mariposas y arcoiris. No en fantasías, sino en ver la grama verde de mi lado de la verja. La sorpresa (anunciada) del cambio, a pesar de las muchas cosas que pueden decirse al respecto, me ha dado la esperanza de que se comiencen a limar las asperezas de intolerancia y polarización que eran lo común en nuestra tierra. Que si bien nunca vamos a llegar a un acuerdo (a veces me preguntó como acordaron la paz!) por lo menos podemos conquistar la concordia y la tolerancia. Si yo lo veo todo blanco y mi compatriota lo ve todo negro, pues por lo menos en el gris podemos encontrar puntos en común.
El gane de la izquierda ha tenido múltiples reacciones. Algunos se aferran con más fuerza que nunca a sus creencias y piensan defenderlas a capa y espada, caprichosamente y volviendose estorbos, de ser necesario, solo para demostrar su descontento con la derrota. Otros, cuyos valores y creencias se venden al mejor postor, de preferencia, al postor más poderoso, desde el lunes se cambiaron la corbata azul por una roja, y sonríen viendo si logran subirse al tren del cambio, donde se comenta que se reparten puestos gubernamentales y carteras de Estado. Otros, vemos la esperanza en el asunto. Vemos que al final del día, lo que separa las ideologías son caprichos. Que en el fondo, los patriotas de verdad, aunque pensemos diferente, solo queremos lo mismo: un mejor El Salvador. Que llegamos ahí por diferentes caminos, es otra cosa. Pero si encontramos el punto en común de esos caminos, fortaleceremos la democracia y maduraremos políticamente.
Yo, en estos cinco años, todo lo veré gris. Partiendo, obviamente, del supuesto de que todavía quedan patriotas de verdad.
3 comments:
hey que jodo yo la verdad se me olvido dejarte tambien el website es de musica aki apoyamos todo tipo de musica nacional y centroamericana desde jazz pasando por el rock y hasta psicobilly de todo menos cumbia y salsa saludos
WWW.RESISTENCIAMUSICAL.COM
Patria si, partidismo no! Esperemos la derecha se reinvente de verdad.
Keep it up!
Meet me have way... that´s the only way to go, cierto?
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