Jul 7, 2008

Generación Whatever

El otro día asistí a una conferencia en la que se trataron los efectos y la influencia que tuvieron sobre la historia los eventos ocurridos en Francia en mayo del '68, fecha que se ha ganado una entrada en Wikipedia por haber constituido el momento en el que la juventud estudiantil salio a las calles a rebelarse contra el sistema, defendiendo ideales y denunciando problemas de los que no necesariamente eran victimas directamente. Independientemente de la opinión que se tenga de los eventos, ya sea que se considere a la juventud francesa del 68 una bola de hippies o un grupo de idealistas heroicos, el hecho de que tienen un puesto bien merecido en la historia es innegable, porque hicieron algo.


¿Y nosotros? Nuestro momento es ahora, y lo que hagamos mientras seamos jovenes es lo que nos dara a conocer como generación a través de la historia. La mayoría nos ve, a quienes no vivimos la guerra civil, como una juventud haragana, consentida, mal acostumbrada a estas épocas de vacas gordas y por lo tanto, frívola y mal agradecida. Es cierto, a nosotros nunca nos racionaron la luz ni el agua, ni estamos familiarizados con los toques de queda, y los malls que se abren con cada vez más frecuencia en nuestro país han dejado ya de impresionarnos. Para algunos sociólogos somos la generación "whatever"; a quienes todo nos da igual y quienes en medio de este mundo individualista tenemos como meta única el consumismo.
Esto no es una apología a la generación whatever, pero tampoco es una crítica, ya que el juicio sobre las generaciones debe hacerse tomando en cuenta los eventos y circunstancias que rodean una determinada generación. Por ejemplo, si se da un paseo por MTV y sus reality shows donde la gente vale por lo que tiene, o por E! y sus crónicas sobre los ires y venires de la cirugía plástica en Hollywood, uno no puede dejar de admitir que todo lo que oímos sobre el materialismo y superficialidad que ahoga a la juventud actual tiene algo de cierto. Sin embargo, antes de hacer la crítica, hay que recordar que los jóvenes viven en el mundo que para ellos han construido sus padres. Que el consumismo y el materialismo han ganado esa preponderancia en nuestras sociedades debido a que ahora los ideales han cambiado: nos han vendido la idea que el éxito profesional equivale a un sueldo de 6 cifras. No me malinterprete el lector, no estoy para nada en contra de los sueldos de 6 cifras y demás prestaciones, y estoy segura de que si bien el dinero no equivale a la felicidad completa, sí que la imita muy bien y facilita las cosas, pero en lo que sí estoy clara es que en algún momento, dejamos de ver el dinero como medio y lo empezamos a ver como un fin.
No le resto responsabilidad a esta juventud por su indiferencia. Siguen habiendo guerras, como hubo a finales de los 60's. Todavía existen en nuestra sociedad inequidades en lo que respecta a derechos humanos, tal y como las hubo en los 70's. Todavía vivimos momentos de dificultades políticas que podrían cambiar las vidas de miles de ciudadanos, al igual que se vivieron en los 80's. A lo que voy, es que siempre va a haber algo por qué luchar. Lo que ha perdido la generación whatever, son las ganas de luchar. ¿Será porque nuestros papás, que querían lo mejor para nosotros, quisieron evitarnos los males que en sus épocas padecieron y nos consintieron mucho? O, no será que esa última pregunta, que buscaba culpabilizar otras caras diferentes a las que surgen cuando nos vemos al espejo ¿no es más que otro síntoma de esta generación de indiferencia e irresponsabilidad por lo que nos rodea?


Definitivamente hay que hacer algo si no queremos que nuestra mayor contribución a la historia de la humanidad sean Facebook applications o controversias sobre las bondades o desventajas de ser parte de la cultura emo. Para los franceses del '68 hacer algo fue salir a las calles y manifestarse con propaganda y slogans. ¿Qué va a ser para nosotros?




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