An Imprenta Junkie says:

Tal y como dijimos la vez pasada, queremos abrir un espacio para los pensamientos de otros apasionados de la palabra escrita. A continuación, el punto de vista de un Imprenta Junkie.

"Prefiero sufrir a olvidarte..."

Cada día, como individuos, buscamos ser felices :). Buscamos evitar llorar, gritar, queremos reírnos hasta que nos duela el estómago... ¡Ah! ¿Pero te das cuenta? esto no lo puedes hacer sola: Necesitas a otro a tu lado. Somos seres sociales por naturaleza, y al ver a nuestro alrededor, hay sueños que ilusionan y dan pasión a un día más de vida, hay naturaleza perfecta, cosas perfectas, pero nada tiene sentido sin el prójimo. Mis prójimos más cercanos son mi familia y mis amigos, cada uno tan diferente y especial, con un lugar importante en mi corazón, ahí, día a día, dándole sentido a los sueños, a la naturaleza, a las cosas. Aclaro que amo a estas personas porque lo que voy a decir puede sonar a lo contrario: De repente, no son suficiente.

Creo en el amor puro, incondicional, que existe aquel que cree en mí, con el que puedo compartir cada cosa, que me ilusiona, que hace que me arregle más en las mañanas, hace más largas mis oraciones en las noches. Quiero ser para él lo que él va a ser para mí: mi único, mi motivo de sonreír, mi motivo de dar lo mejor de mi, y cada día lucho por no confundirme: no confundir mi deseo de tener una ilusión con el sentimiento de haber encontrado a esa persona. Pero a veces pienso que no estoy tratando tanto… ¿esto es libre entonces? Sí! Claro que sí! Pero en mi libertad decido no renunciar… Prefiero sufrir a olvidarte. Prefiero llorar a la nada, a la indiferencia, al sin sentido. ¿Es saludable? Prefiero pensar que me da vida en lugar de quitármela: le da ilusión.
¿Amar por dos corazones? ¿Hasta dónde? ¿Hasta cuándo? ¿Amar? ¿Qué es vivir? ¿Respirar o sentirse viva? Las sonrisas y las carcajadas me hacen sentir viva, al igual que la rabia y las lágrimas. Me hacen entonces pensar que no estoy totalmente viva.

“Es que tu precio es demasiado alto”, “no ha venido nadie que te merezca”, “tú no eres para él”… suena lógico y agradable, como todas las cosas que van de la mano del egoísmo, la consolación y el “ni modo”… es como que fuera caminando con mis amigas y vemos el pastel más perfecto del mundo en un escaparate: la gente que lo come lo disfruta y se nos antoja tanto, pero… NO! Es demasiado bueno y no lo merezco… WHAT?!?!? No es la decisión más racional… ¿muy caro? Entonces no lo vale para mí. El costo es muy alto… ¿no vale la pena entonces? ¿Talvez si fuera más bajo el precio? ¿Habré encontrado yo ese postre que no me haga pensar en el precio, las calorías o el otro postre? Ahora que lo pienso creo que no.

Este tipo de seguridades se sienten una sola vez en la vida… ¿Quiero esa seguridad ya? ¿Aquí? ¿Con quién? No me quiero equivocar, no quiero gastar oportunidades, momentos… pero tampoco quiero estar segura.

Prefiero sufrir a olvidarte… no voy a gastar calorías en el primer postre sólo por comer postre… calma, espera, alguna vez el chef va a sacar su especialidad. Vivir, ser feliz, ¡Estoy viva! Y cuando menos lo espere, el mercado llega al equilibrio.