Aug 8, 2008

About that book in the stars...

"Aries: Agitados vientos te esperan. Buen día para hacer negocios. No salgas de la casa sin una sombrilla".


No necesito explicar que es eso. Se habrá topado el lector (creyente o no) con miles antes del anterior. Consejos zodiacales, o más bien, spoilers sobre lo que le depara el destino para cierto día. Al preguntarle a un fiel creyente sobre la veracidad o no que podía tener un consejo hecho a gran escala y que pretendía aplicarse a todo ser humano que sin quererlo había nacido en una determinada época del año, recibí una respuesta ofendida (quizás fue por culpa de mi tono burlon, o talvéz solo la manera en la que se habían alineado los astros) en la que se me decía que con esa falta de conocimiento jamás iba a poder entender "los designios" de las estrellas.



Ok. La afirmación me dejó dos lecciones: 1) la tolerancia también aplica en casos de estupidéz ajena extrema (Perdón, diferencia de opiniones. Tolerancia!) y, 2) aparentemente hay un librito en las estrellas (que, desde la última vez que chequié, no eran más que masa cósmica de plasma.. el lector decidirá) donde ya los dados se han tirado, y donde se ha documentado el camino que debemos seguir.


También están aquellos que creen en el destino, herencia que nos dejaron los griegos con sus oráculos y sus Cassandras, sus Edipos y sus Antígonas. En mi opinión, esa paranoia de los griegos por averiguar su futuro, no era más que una excusa para no actuar.


No me malinterprete el lector. No creo poseer toda la verdad, y estoy segura de la existencia de cosas que jamás comprenderé y que son mucho más grandes que yo. Hecho este disclaimer muy a lo Poncio Pilato, procedo a explicar porqué no creo en los zodiacos, los signos chinos, los oráculos y el destino.


Con respecto al zodiaco, simplemente no creo que algo tan circunstancial como el año, día, o mes en el que alguien nació pueda servir para determinar su carácter o su compatibilidad en el amor con un nacido en otra época. Creo que el zodiaco no es más que el cumplimiento de la necesidad general del ser humano de categorizarlo todo.


En cuanto al destino, pertenezco a la vieja escuela de tomar al toro por los cuernos. Entiendo que no todo depende de la libertad humana y que hay condiciones que vienen dadas. Pero quiero pensar que el destino es lo que hacemos con nuestras vidas a partir de esas condiciones. Y que ni las estrellas ni los oráculos tienen escrito el camino. El destino no es una fuerza ineludible e inescapable, como en la historia de Edipo. La libertad propia, de esa sí que no podemos escapar.


(Picture credit: zomerod, deviantart.com)

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